lunes, 17 de enero de 2011

Tan difícil todo se hace.

¿Cuántas veces nuestras figuras nos defraudaron?
Me refiero a figuras, por no decir padre, madre o persona cualquiera.
Son casi incontables los disgustos que uno se ha llevado de chico cuando nuestros padres nos decían que nos iban a llevar a alguna plaza o algún lugar en especial y no nos han llevado por otros asuntos o se olvidaron o no tuvieron ganas y rompieron su compromiso para con nosotros y sentíamos impotencia, bronca, etc.
Cuando se caen nuestros "ídolos" ya sean actores, músicos o una simple persona que no pertenezca a algún rubro y nos defraudan o "se nos cae su póster" ya siendo adolescentes, es mas lo que repercute en nuestra personalidad (comenzás a ser frío/a, a contraerte, a aislarte, a perdonar o no ciertas cosas, a ponerte estricto/a, y te joden mas las cosas que antes cuando eras mucho mas chico que te sentabas y llorabas y después se te pasaba),pero de adultos tanto como de adolescentes, este tipo de cosas nos marcan verdaderamente (a algunos mas que a otros).
¿Quién no ha tenido algún artista o algo que se le parezca como modelo a seguir y esa imagen cae en picada?
Mencionado anteriormente, nos sentimos pésimos y demás.
Quizá de mayores las cosas no nos molesten tanto como ahora (que nos mientan, nos engañen, nos traicionen o simplemente interpretemos mal las cosas y terminamos creyendo cualquier cosa, pero eso ya es un asunto personal)
A lo que iba es que esas disputas internas, momentáneamente no les encontramos solución y no las podemos ni siquiera olvidar a menos que estemos durmiendo..Porque mal que mal, estando con amigos, nunca terminas de ignorar los problemas, tampoco mientras te entretenés mirando la televisión o escuchando música.
Pero lo mejor es no estancarte, para encontrarle el remedio a esos enojos o simplemente tratar de no darles importancia hasta que el disgusto se vaya solo y no nos traiga más complicaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario