miércoles, 28 de septiembre de 2011

No pienses siempre lo peor, se que te espera algo mejor.

Hace mucho no me sentaba a escribir y me viene urgiendo hace un par de dias la necesidad de armar algo, espero sea de su agrado.

A veces el problema no es que cambien las cosas, el problema es no darse cuenta y querer adaptarse cuando ya es muy tarde.
Vemos la vida como una rueda eterna en la que siempre nos sentimos a destiempo del resto, todos tiran para el mismo lado pero vos pensaste dos veces antes de tirar para tal lado y bueno, te quedaste atrás.
Por ahí quizás haya más de uno que reaccione al leer esto y tampoco se haya dado cuenta, porque es necesario un cachetazo para despertarse y que el mundo sigue girando y no se va a detener por mas mal parados que estemos.
Los cambios de rutina puede que a uno lo molesten mas, el tema de hacer cosas que te gustan o compartir tiempo con alguien y de golpe no hacerlo a veces por causas de fuerza mayor, o por elección propia, que te dejan esa desazón tan horrible de que sentís que te falta algo.
Ese anhelo de algo, no siempre vamos a darnos cuenta de lo que es, hasta que estamos tan acompañados de nuestra soledad y nos tomamos un tiempo para meditar, que mayormente termina en un bajón y nunca llegamos a un punto fijo, o para las personas que no se queman mucho la cabeza y se distraen para no pensar en este tipo de temas, porque bueno, es elección de cada uno el ponerse a pensar y profundizar, no siempre es tan automático.
Sentí, sentiste, más de una vez y muchas veces más vas a sentir (espero que no) el hecho de que nadie te escucha y que te falta una oreja, algo en que hacer pie para poder levantarte y cuando miras para los costados no encontrás a nadie, ves que todas las puertas se te cierran, te acostas llorando y te limás pensando que no pegas una, que te está empezando a ir más peor que antes, que a todo el resto le va bien y vos claudicas todo el tiempo, que tenés todo el mundo en contra, que el tiempo se te pasa volando y no lo estas aprovechando, te miras al espejo y no te reconoces realmente (ni hablar los fines de semana), y finalmente estás peor por la maquinada que te pegaste y terminas el doble de paranoico, pesimista y resentido; Pero no siempre todas las cartas están jugadas, el que no se consuela es porque no quiere.
Siempre hay alguien, un familiar, un amigo, hasta un desconocido puede ser perfecto para prestarnos una oreja, y terminamos dándonos cuenta que nunca estamos solos, es cuestión de volver a mirar. Y creo que si tan solo/a  estas deberías replantearte el por qué lo estás.
Muchos, creo también participar, no siempre compartimos nuestros problemas (o no compartimos ninguno directamente y preferimos arreglárnosla por nuestros propios medios) para obrar en solitario, no digo que no esté bien, pero a la larga la cabeza se te llena de más y más cosas que es bueno contar lo que uno crea conveniente y pueda servirle como desahogo, como para alivianar nuestra carga, pero pasa por cada uno (yo accedí después de mucho tiempo y realmente sirve).
Nunca es tarde para ser uno mismo, para encontrarnos por mas perdidos que nos creamos y no querer aparentar, nunca es tarde para contar nuestros problemas, para volver a reírnos y no solo por un par de minutos al día, para volver empezar o cambiar un poco nuestra manera de pensar, de disfrutar, de ver, e interpretar el mundo que nos rodea.
 Todo va a depender de nosotros, siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario